Fijate que yo también vivo en Pasto, y mi madre y mi hermano invirtieron allí. Lástima que se armo la gorda ese día, y se desató la protesta. Pero en fin, después de eso probamos un amargo sabor.

Nos dejó de experiencia a muchos, y es más, a mí antes me lo habían advertido y no hice caso, ya que yo miraba que muchos de los que invirtieron si ganaron.

Ahora hay que tener paciencia. Dios sabrá por qué hace sus cosas. Las hará siempre para el bien nuestro, pero nunca alcanzaremos a reconocerlo, pues siempre nos sabemos quejar de las cosas que queremos hacer y que no se pueden.

Esto me gustaría también que quede de experiencia, no sólo para nosotros, sino también para todo el mundo, en tal caso de que se abra una "pirámide". Ya miramos el lado oscuro de lo que trae esto y hay que aceptar que si queremos plata, tenemos que hacerlo con el sudor de nuestra frente, porque sino, nunca podremos comer.

Gracias a Dios, Pasto está bien. No nos ha faltado lo básico que es el alimento y el techo y nadie de nuestros seres queridos se ha muerto (Dios no quiera, nadie se muera por expresarlo), ni hasta el perro se ha muerto.

Espero que no caigamos de nuevo y esperemos a que el dinero regrese a nuestras manos y podamos administrarla bien, quiza nos sea para invertirlo de nuevo pero no en una "casa captadora" sino en algo escencial, en algo productivo para nuestra generación y para todos.

Espero que podamos tener paciencia.

Saludos