No hay que resignarse, pero hay que aceptar las cosas tal como son. Si bien yo nunca he culpado a Dios por nada, y nunca he aplicado aquello de "Dios sabe por qué", siempre he creído que las cosas ocurren por algún motivo. Hay ocasiones en que las cosas no son como queremos, pero siempre se debe sacar una lección de cada una. Por duras que éstas sean, debemos aprender para ser mejores.
El tiempo que todos tenemos es limitado, aprovecha ahora a tu madre, y no vayas a hacer la tontería de llorarle cuando ya no esté.
Mucha fuerza, mucho valor... y adelante.
Mis mejores deseos para tí, y para todos los compañeros de ésta comunidad.