En un manicomio, estaban todos los locos
en su hora de descanso, jugando al
mango maduro. Cada uno de los loquitos
al tocar su turno, subían a lo alto de una
barda y a unos metros de la barda había
un árbol enorme y saltando desde la
barda hacia el árbol, gritaban "MANGO
MADURO" y después de balancearse
un par de veces de las ramas del árbol,
se soltaban de tremenda altura y azotaban
contra el piso y así sucesivamente cada
uno de ellos esperaba ansioso su turno.
En esos momentos va pasando el Director
del manicomio en su rondín de rutina, y
cuando detectan su presencia todos los
locos comienzan a gritar a coro:
"Que juegue el Dire, que juegue el
Dire"
Y mientras lo jalaban de los brazos hacia
la barda, y el Director ante tal acoso y en
un momento de "brillantez", decide
seguir el juego con una NUEVA
estrategia.
Por fin arriba de la barda y saltando hacia
el enorme árbol, grita a todo lo que da:
"Mango Verde" y se balanceaba de las
ramas sin soltarse de ellas y cuando
pensaba que todo estaba bien librado, de
inmediato los loquitos reaccionan y gritan:
"¡A esos los tumbamos a pedradas!"