Harvest Moon: Futago no Mura

Son muchas las entregas de Harvest Moon editadas en la portátil Nintendo DS, una máquina que ha visto cómo Marvelous causaba sensación entre los usuarios. Éste juego, un simulador de granjero y agricultor, ha contado con gran fama en todo el mundo gracias al enorme catálogo de opciones que se ponen en nuestra mano más allá de plantar y criar animales. Para la nueva entrega que se ha lanzado en Japón, titulada Harvest Moon: Futago no Mura se introducen novedades, siendo una de las más llamativas el radical cambio gráfico al que se ha visto sometido el juego. DOS CIUDADES DISTINTAS Éste episodio de la saga se caracteriza por permitirnos no sólo seleccionar el personaje al que deseamos controlar (un chico o una chica, algo ya habitual), sino también la ciudad en la que residiremos. Hay dos opciones, la ciudad de Bluebell, un lugar de estilo occidental con marcado c orte europeo, y la aldea de Konohana, de aspecto totalmente japonés. La elecciￃ de una u otra ciudad no sólo determinará el estilo visual del lugar donde viviremos, sino también la especialidad de nuestra casa. En Bluebell nos encontraremos con que seremos ganaderos, mientras que en Konohana nuestra especialidad serán los huertos. No obstante, vivir en una u otra ciudad no nos limitará el acceso al huerto o el ganado, simplemente contaremos con más opciones en uno de los dos aspectos. En Bluebell tendremos más tipos de plantas y hortalizas, mientras que en Konohana habrá mayor número de animales a nuestra disposición. Elegir una ciudad u otra también alterará los colores de la ropa de nuestro personaje, aunque como podéis imaginar, resulta un cambio menor. En Konohana las ropas son de color azul principalmente, mientras que en Bluebell predomina el color marrón claro. Otro cambio importante serán los chicos y chicas con los que podremos casarnos, que varirán dependiendo del lugar. Cada ciudad tiene dos chicos y dos chicas con los que podremos formar matrimonio, y en ambas ciudades tenemos acceso a varios candidatos que viajan de forma esporádica y nos visitan. No obstante, existe la posibilidad de movernos entre ciudades, con lo que la libertad aumenta en éste aspecto. HARVEST MOON RENOVADO El apartado visual de la franquicia Harvest Moon cambia de forma importante. Se abandona el estilo más infantil y con diseños en forma de SD (SuperDeformed) y se adoptan diseños estilizados y realistas. Aún así, se mantiene un marcado estilo anime, con diseños puramente japoneses, aunque ahora, como decimos, los modelo s son de proporciones creíbles y reales. Los animales y otros elementos también han sido renovados para aparentar un estilo más real, aunque se respeta cierto nivel de grafismo simpático en algunos casos (las vacas, por ejemplo, son esponjosas y adorables). El diseño diferenciado de las dos ciudades, así como el amplio tamaño de cada lugar, son otros dos detalles a destacar. Contamos con un mapa situado siempre en pantalla, que nos marcará el lugar donde nos encontramos, siendo posible hacer zoom para aclararnos mejor. El juego tiene el sistema y la jugabilidad habitual, donde iremos plantando, recogiendo frutos, criando animales, ordeñando la leche de las vacas, recogiendo huevos… y haciendo mil cosas más. Habrá que llevar a cabo tareas secundarias, vender objetos que consigamos, pescar, relacionarnos con los demás ciudadanos de la ciudad… y como podéis imaginar, entablar relación con un buen chico o chica para casarnos en el futuro. Sobre las novedades en comparación a otros episodios de la serie, Harvest Moon: Futago no Mura incorpora más animales, como por ejemplo abejas o alpacas. Éstas últimas, originarias de Perú, añaden al juego la presencia de tres hermanos peruanos que aportan una gran simpatía al desarrollo de la partida. Otra novedad es un búho que nos permitirá sobrevolar el escenario, y una rueda de agua que dará la posibilidad de conseguir nuevos productos en el huerto. Por otro lado, se mantiene el sistema de conexión Wi- Fi que permite la conexión de tres amigos en nuestra partida para que interactúen de forma directa con nuestra granja y territorio. Sin duda, una forma de alargar la rejugabilidad del producto. CONCLUSIￃ