El fabricante japones no tiene un futuro muy alentador, es por ello que la cúpula jerárquica ha tomado la decisión de despedir un total de 10 mil empleados a nivel mundial.

En total, la compañía planea reducir en un 6% su plantilla a nivel mundial, para poder hacer frente a las grandes pérdidas económicas que registró en los últimos cuatro años. Quienes mas se verán afectados serán los enmarcados en la división de televisores y la división móvil, que ha adquirido tras la compra del restante de sociedad de la vieja Sony Ericsson.

Uno de los principales problemas que presenta la compañía está relacionado con la fabricación de televisores, cuyo balance del año fiscal que cerró el 31 de marzo, volverá a mostrar pérdidas por cuarto año consecutivo.

Kazuo Hirai, el nuevo jefe de la empresa, que asumió su cargo a principios de mes, presentará este jueves una estrategia renovada para sacar adelante la firma. Al parecer planea una amplia reestructura que incluirá a los sectores de venta y administración de todas sus divisiones.