Según datos aportados por Google, más del 90% de los terminales Android utilizan una versión antigua del sistema operativo. El informe publicado por la propia compañía no deja lugar a dudas.


El 50,8% de los usuarios aún utiliza Android 2.3 Gingerbread en alguna de sus versiones mientras que más del 13% tiene instalada una versión inferior a la 2.3 como Froyo, Eclair, Donut y Cupcake. Ice Cream Sandwich agrupa al 27,5% de los usuarios de Android. Lo más llamativo del estudio es conocer que solamente el 6,7% de los teléfonos móviles se encuentran actualizados a la última versión, Jelly Bean.

Otro de los principales problemas al que debe poner solución el gigante de Mountain View, es la lentitud en que las versiones son adaptadas por cada fabricante, para más tarde ser de nuevo personalizada por cada operador. El usuario debe esperar muchas veces demasiado tiempo para que su operador habitual ponga a su disposición la tan ansiada actualización de su terminal Android.

La fragmentación de Android es uno de los mayores problemas para Google y son conscientes de ello, al punto de parecer no importarle, ya que Jelly Bean no tiene ni un 10% cuota y ya se esta hablando y filtrando datos de Android 5.