Nokia continúa apretándose el cinturón para poder seguir llevando a rajatabla su programa de recortes (los 4000 despidos anunciados en febrero) y en esta ocasión guadaña se ha cebado con su sede en Salo (Finlandia). La compañía acaba de anunciar el despido de otros 1.000 de sus empleados en dicha planta en aras de trasladar el chiringuito a Asia, ha venido haciendo en ocasiones anteriores. La empresa se ha cuidado de explicar que el proceso se realizará de manera paulatina a lo largo del año, pero sí que ha dejado claro que la mayoría de ellos tendrá lugar antes de finales de junio. No obstante y a pesar de tan duras noticias, eso no significa que el centro vaya a bajar la persiana por completo, ya que el personal que logre llegar a la nota de corte pasará a ocuparse de instalar el software necesario para que los equipos se adapten a las diferentes operadoras europeas. Esperemos que los buenos resultados de la familia Lumia ayuden a los de Espoo a levantar el vuelo de una vez por todas.
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